Tengo para ti una pluma
que no escribe,
solo derrama palabras
negras, rojas, amarillas,
de todos los colores.
Es una pluma de cuervo
que arranqué sonriendo
agujas oxidadas
mientras aleteaba en mis manos,
dolido, asustado,
como yo en tu abrazo
de cenizas.
Tienes ojos de –
No, ahora recuerdo,
no tienes ojos –
no tienes ojos!
Tienes dos pozos infernales,
y si alguien se asoma,
le atrapa el viento helado de tu aliento
y le arrastra a su perdición
para luego encontrarse
con que cuando quiere decirte que te odia,
solo derrama palabras
negras, rojas, amarillas,
que no escribe,
solo derrama palabras
negras, rojas, amarillas,
de todos los colores.
Es una pluma de cuervo
que arranqué sonriendo
agujas oxidadas
mientras aleteaba en mis manos,
dolido, asustado,
como yo en tu abrazo
de cenizas.
Tienes ojos de –
No, ahora recuerdo,
no tienes ojos –
no tienes ojos!
Tienes dos pozos infernales,
y si alguien se asoma,
le atrapa el viento helado de tu aliento
y le arrastra a su perdición
para luego encontrarse
con que cuando quiere decirte que te odia,
solo derrama palabras
negras, rojas, amarillas,
de todos los colores.
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